¿Qué tipo de abeto navideño es mejor: artificial o natural?
Para ser ecologista hay que preferir un árbol artificial al natural: falso
Iván Delgado de Jardinería Viveverde nos resuelve todas las dudas
Iván Delgado de Jardinería Viveverde nos hablas de los pros y contras de adornar nuestra vivienda para las Navidades con un abeto natural o un abeto artificial. Al parecer, se está difundiendo la idea de que para ser ecologista hay que preferir el árbol artificial al natural: eso es falso.
El árbol de Navidad natural tiene efectos positivos sobre el medio ambiente: produce oxígeno a partir de CO2, mejoran la estabilidad del suelo, sirven de hábitat para los animales salvajes, son biodegradables y contribuyen al desarrollo económico. A su vez, el abeto artificial tiene efectos nocivos sobre el medio ambiente.
Durante su crecimiento, un árbol natural acumula dióxido de carbono que fotosintetiza la atmósfera, convirtiendo así el CO2 en madera, oxígeno y agua. Por tanto, reduce el dióxido de carbono, que aumenta el efecto invernadero tan dañino para nuestro planeta, al servir de filtro.
El sistema de raíces de estos árboles estabiliza el suelo influyendo así en la ecología ambiental y reduce el riesgo de inundaciones por erosión por viento o agua. La permeabilidad de las plantaciones de árboles de Navidad reduce la escorrentía durante las lluvias de verano. Además, las plantaciones de madera blanda atraen una gran variedad de animales como paseriformes y carboneros, así como pequeños roedores y caza menor como las perdices.
Los árboles son completamente biodegradables. Cuando terminen las vacaciones, su árbol puede transformarse en astillas de madera o compostarse. Por tanto, no se considera un residuo. Se descompone por sí solo y regresa a su nutriente en el suelo: el humus. Para ello, recomienda ponerse en contacto con nuestro municipio para deshacerse de él.
Una cosecha sigue a otra cosecha, contribuyendo así al empleo y al desarrollo local. Los productores de abetos franceses y europeos están haciendo esfuerzos para que sus clientes encuentren productos de calidad a un coste menor y no "fabricados" en Asia como la mayoría de los árboles artificiales.
Los árboles artificiales están hechos de plástico, a su vez elaborado a partir del petróleo, una materia prima no renovable y contaminante, tanto durante la fabricación como durante la destrucción. Si un árbol de plástico se incendia, al no ser degradable, emite vapores tóxicos que son peligrosos para el medio ambiente, pero también para los humanos.
Su proceso de producción es caro en términos de energía y plástico que emite gases de efecto invernadero. Se necesitan años para amortizar un árbol de plástico en términos medioambientales en comparación con un árbol natural. Incluso si el árbol de plástico se reutiliza cada año, sigue siendo peligroso para nuestro planeta. Estos árboles se producen principalmente en Asia y, por lo tanto, no participan en el desarrollo de nuestra economía europea.
Para muchas personas es una lástima cortar árboles de Navidad, pero estas plantaciones son agrícolas y se producen específicamente para Navidad. Aumentan el nivel de oxígeno y reducen el efecto invernadero. Pero, sobre todo, ofrecen a todos los niños una feliz y mágica fiesta navideña.
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