El Hospital Ramón y Cajal encuentra la solución para los pacientes que tienen dificultad para comer
Crean trampantojos según el grado de disfagia del paciente
Uno de los problemas añadidos de estar ingresado en un hospital, además de la enfermedad, es el estado de ánimo. Muchos pacientes se niegan incluso a comer, sobre todo los que tienen dificultad para hacerlo. Por eso, en el Hospital Ramón y Cajal han encontrado la solución, creando trampantojos según el grado de disfagia del paciente.
La disfagia es la dificultad para tragar o deglutir los elementos líquidos y sólidos por afectación de una o más fases de la deglución. Se trata de una patología muy común entre pacientes de edad avanzada, aunque puede afectar a pacientes de todas las edades.
Entre un 7% y un 22% de mayores de 65 años la sufren, sobre todo aquellos con enfermedad neurológica. Las complicaciones de la disfagia más frecuentes son la deshidratación, malnutrición, pérdida de peso, neumonía aspirativa y muerte, hasta en el 50% de los casos.
La disfagia es un síntoma diagnosticable y existen tratamientos que evitan las posibles complicaciones. El diagnóstico y el tratamiento dependen del trabajo en equipo de un grupo de profesionales formado por médicos de diferentes especialidades, enfermeras, logopedas, dietistas, cuidadores y la propia familia del paciente.
Lo fundamental es la prevención y la rehabilitación con algún material específico como pueden ser vasos especiales que faciliten al paciente poder tragar sin tener que extender la cabeza. Para la alimentación, en el Hospital Ramón y Cajal, se sirven de la ayuda de cocina, que adaptan la textura, la viscosidad y el volumen de los alimentos.
"Ahora mismo estamos a adaptando a nivel internacional una terminología de siete niveles". La del nivel 7 es la que tendría menos disfagia y según se va bajando de nivel tendría más dificultad. "Es importante no mezclar alimentos de texturas distintas. Una sopa de fideos tiene líquido y sólido, eso no se debe dar porque se puede atragantar".
Desde el punto de vista anatómico la disfagia se clasifica en orofaríngea y esofágica. La disfagia orofaríngea engloba las alteraciones de la deglución de origen oral, faríngeo, laríngeo y del esfínter esofágico superior y supone casi el 80% de las disfagias diagnosticadas. La disfagia esofágica se refiere a las alteraciones en el esófago superior, el cuerpo esofágico, el esfínter inferior y cardias, y generalmente es producida por causas mecánicas, y supone el 20% de las disfagias que se diagnostican.
En el año 2015 el equipo de Enfermería del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal fue galardonado en el 57 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología por el mejor póster presentado en el que se estudia la prevalencia de este problema en los pacientes hospitalizados.
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