Estamos con Jorge, un ganadero de Colmenar Viejo que cada día recorre 200 kilómetros con su furgoneta para alimentar al ganado. El combustible es uno de los muchos gastos extra que Jorge tiene que afrontar diariamente para intentar paliar los efectos devastadores que está causando la sequía en el campo de nuestra Comunidad. La falta de pasto natural le obliga a comprar piensos compuestos. Cada mes gasta 18.000 euros en pienso y paja para alimentar a sus vacas y ovejas. En un año normal estaría gastando la mitad y, por si fuera poco, el precio del forraje y el pienso está subiendo.
En estas circunstancias, los animales crían menos y la competencia por la comida hará que varios de ellos mueran. Además la falta de alimento natural en el monte hace que la fauna salvaje acuda a las fincas ganaderas a comer.