La medicina estética clandestina al descubierto
Se ofrecen como si fueran profesionales titulados y ofertan servicios a domicilio, algo totalmente ilegal
El número de intervenciones de cirugía estética se ha disparado en los últimos años. La mayoría son mujeres, pero cada vez más hombres recurren a ellas. De hecho, uno de cada cuatro accede a este tipo de tratamientos. La oferta es muy amplia e incluso se puede acceder a ellos sin ningún tipo de control sanitario.
Un equipo de Madrid Directo encuentra numerosos anuncios para la aplicación de botox o productos similares en domicilios, algo que es ilegal. Llama la atención el número de veces que han aparecido estos anuncios en las búsquedas y nos dicen que son tratamientos seguros, prácticamente indoloros y que se hacen en apenas 10 minutos, pro ¿en qué condiciones?
Contactamos con ellos. El primero con el que hablamos no da largas. La segunda persona con la que hablamos nos dice que trabaja con ácido hialurónico y péptidos. "Te puedo hacer una especie de relleno, pero yo no pincho. Yo todo lo que hago es no invasivo", algo con lo que posteriormente se contradice cuando nos dice que el tratamiento son unas micro-agujitas que no duelen, "como si fuese una máquina de tatuajes".
La tercera persona con la que contactamos no dice que es médico estético y que el tratamiento entero son 350 euros, pero que sí son dos zonas nos lo podría dejar a 300 euros. Nos confirma que lo hace también a domicilio con coste adicional. "Puede ser hasta en tu sofá".
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Citamos a nuestra supuesta médica estética en un domicilio de Madrid. Lo organizamos todo, incluso con las cámaras a la vista ofreciéndonos la imagen del salón. Nada más llegar nos pregunta qué queremos inyectarnos sin habernos quitado siquiera la mascarilla para vernos la piel.
No debemos olvidar que recibir este tipo de tratamientos fuera de un centro autorizado está completamente prohibido. Somos nosotros los que le enseñamos donde queremos hacernos el retoque. Para ello, quiere anestesiarnos, algo que también es ilegal fuera de los centros homologados.
Empieza a sacar los diferentes utensilios de trabajo y nos die dice que todo tiene que ser legal, registrado, pero ¿y su acreditación como médico? "Tengo mi carnet de médico, pero creo que está en el coche", nos dice.
Cuando le desvelamos nuestra identidad, la situación se complica y aumenta la tensión. "Yo vine a ayudar a alguien que me pidió el favor que viniera a hacerle un tratamiento a su casa. Yo no vine a hacerte nada ilegal". Tanto que la policía acude al domicilio y es ella misma quien les avisa. Intenta justificarse ante los agentes. Finalmente, abren una diligencia sobre esta actuación que ya está en manos del juez.
Carmen, defensora del paciente, nos dice que esta es una situación engañosa para las personas que van a hacerse un tratamiento que no se puede hacer en ningún domicilio u hotel. "Tiene que ser en un sitio aséptico y no por ser médico ni colegiado ya puede pinchar. Tiene que ser especialista en cirugía estética o en cirugía plástica, dependiendo del tratamiento que nos vayamos a hacer".
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