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La madre de Lourdes tiene 80 años, un 63% de minusvalía y grado de dependencia II. Vive de alquiler en un piso de Torrejón de Ardoz desde el año 2017, en un principio con su marido y tras fallecer este sola. Ahora tiene una cuidadora interna.

Lourdes, su hija, nos cuenta que desde el principio ha tenido problemas con el casero. Es un piso antiguo y al principio no le daba importancia: una puerta que no cerraba bien, la persiana que no bajaba del todo, un fregadero que goteaba, entre otras cosas. Los problemas se iban incrementando y el casero no le daba ningún arreglo ni solución. Pagan 735 euros de alquiler por la vivienda y nunca han dejado de pagar.

El mayor problema llegó en diciembre del pasado 2020. Empezó a gotear el radiador y la calefacción no funcionaba. Llamó al seguro que le dijo que el problema estaba en una obstrucción en las tuberías. Entraba agua, pero no hacia el circuito. Al notificárselo al casero se enfadó por no haberle avisado a él primero y dijo que mandaría a alguien, pero hasta la fecha de hoy no se ha arreglado el problema y llevan desde entonces sin agua caliente ni calefacción.

Con todo esto y tras pedirle al casero en repetidas ocasiones que solucionara el problema, finalmente, les ha comunicado que deben de abandonar el piso antes del 31 de mayo. Ellas ya han encontrado otro inmueble. Han aguantado tanto porque ese piso estaba cerca de la casa de su hija. Ahora, la señora mayor tiene tres facturas a la espalda y le cuesta mucho andar.

Hace unas semanas también conocimos el caso de un matrimonio de Puente de Vallecas, que también lleva más de un año viviendo en pésimas condiciones en una vivienda de 15 metros cuadrados. Con el paso del tiempo, les fueron apareciendo diferentes defectos y averías sin arreglo por parte del casero.

Un matrimonio de Puente de Vallecas lleva más de un año viviendo en pésimas condiciones

Los principales problemas eran las humedades, lo que también les había generado la aparición de moho. A esto se le suma que los pocos muebles que tienen han acabado pudriéndose. Tampoco cuentan con salida de humos, tan solo con una en el cuarto de baño por donde les entra el olor de la comida cada vez que sus vecinos cocinan.

No disponen de antena de televisión externa, por lo que tienen que utilizar un ordenador portátil en su lugar. Además, solo disponen de una ventana al exterior. También sufrieron la aparición de una plaga de cucarachas, debido a las humedades, pero lograron solucionar ese problema.

El marido, en esos momentos, no trabajaba, ya que sufrió un ictus y tiene una angina de pecho. Ella trabaja limpiando portales y cobra menos de 500 euros de los cuales 300 van destinados al alquiler de la vivienda. Actualmente, reciben ayudas para alimentos y están esperando en las listas de provivienda y EMV.

En febrero también conocimos el caso de Miguel Ángel y su madre, que llevan más de 40 años viviendo en un sótano completamente insalubre en las cercanías de Príncipe Pío. En 1979 se mudaron a esta vivienda con su padre, que perdió la vida hace 17 años. Al poco de morir su padre, comenzaron a aparecer humedades en la vivienda que con el paso del tiempo la han ido destrozando. La casa solo tiene un par de ventanas que dan a patios comunes, por lo que no tiene ventilación ni salida a la luz. Ni siquiera tiene salida de humos.

Denuncian vivir en un sótano completamente insalubre, en las cercanías de Príncipe Pío

Ellos pagan un alquiler de renta antigua, apenas 100 euros más los gastos de la casa, pero no pueden permitirse otra cosa. Miguel Ángel está en paro y ahora ha empezado a cobrar el IMV. Su madre tiene una pensión de 400 euros. No tienen dónde ir.

Su madre además tiene 88 años, sufre artrosis severa y el año pasado vivió un infarto. Afortunadamente puede caminar con soltura y hablar sin problema, pero la humedad es malísima para sus problemas.

El sótano en el que viven tiene tres habitaciones, pero una de ellas ya no la usan porque con las humedades se acabó cayendo el tejado. Tampoco tienen armarios porque las humedades acabaron con ellos.

Le han pedido al casero que arregle las humedades, pero este dice que no, que les toca a ellos según el contrato que firmaron en 1979. También ellos se han retrasado algunos meses con el alquiler por su situación.

Todos ellos piden ayuda, trabajo u otra vivienda que puedan pagar. Están desesperados.