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Los vecinos de Chamberí convocan una cacerolada en la calle Ponzano contra las terrazas. Aseguran que han invadido toda la calle y reclaman un barrio tranquilo, sin fiestas todas las noches. Piden, a toda costa, su retirada el 31 de diciembre.

Esta protesta es la segunda que organizan. En la anterior recorrieron las calles de Retiro con unos 80 miembros activos con el objetivo de eliminar las terrazas concedidas durante la pandemia, la cuales se han traducido en ruido, suciedad y en menos espacio para transitar y aparcar.

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Afirman que este problema viene de muy lejos y no creen que la culpa sea únicamente del Ayuntamiento, pero la situación se ha agravado considerablemente con la pandemia. Por ello, reivindican poder vivir en su barrio con tranquilidad.

"Nosotros no queremos más que nos dejen nuestro barrio y que podamos vivir en él, que siga habiendo pequeño comercio, que siga habiendo bares familiares, porque todo esto nuevo son inversiones que tendrán que hacer dinero, pero se han cargado al bar pequeñito".

Desde el Ayuntamiento han empezado a valorar el "descanso vecinal" por encima de la situación económica de los hosteleros, que ha mejorado notablemente, y se muestra abierto a cambiar su plan inicial de extender las terrazas COVID más allá del 31 de diciembre, su actual fecha de finalización.

En cuanto a las nuevas terrazas instaladas en bandas de estacionamiento, aseguran que se mantendrán dos años más, hasta 2023, pero que se quitarán de zonas de protección acústica, zonas ambientalmente protegidas y zonas tensionadas.

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Los vecinos declaran que no van a dejar de protestar hasta que desaparezcan. "Hasta que no las veamos levantadas no nos lo vamos a creer porque ya no han engañado muchas veces y no queremos que nos engañen una más".

"No tenemos esperanza", afirma una vecina.

Hace más de un año fue cuando la Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración acordó una serie de medidas para favorecer la hostelería, uno de los sectores más afectados por la pandemia.

Entre estas medidas estaba la posibilidad de cortar calles de aceras estrechas para sacar mesas y sillas de bares o colocar mesas altas con taburetes en los lugares donde no caben las tradicionales terrazas. Los vecinos quieren que lo que se hizo como situación excepcional de terrazas COVID desaparezca y se vuelva a la normalidad que se tenía en los barrios.

En la ciudad de Madrid existen actualmente más de 6.700 terrazas: en torno a 1.500 son nuevas, de ellas 883 ocupan plazas de aparcamiento y otras 2.000 han ampliado su superficie. Por eso, muchos piensan que los bares que instalaron nuevas terrazas tienen que volver a su estado original, debido a la la evolución positiva de la pandemia.