En el último cuarto del siglo XX se produce en la vida de Madrid (y en toda España) uno de los cambios sociales más profundos, la evolución de la cotidianidad familiar. A mediados de los setenta la vida familiar era más o menos tradicional. El acceso de la mujer al mercado laboral, la ley del divorcio de 1981 y los cambios en las relaciones íntimas originan una importante transformación en los 80 y 90. Con el siglo XXI el modelo tradicional de familia y hogar ya no será el único.
Los cambios se producen al tiempo que cambia el escenario familiar, la ciudad. En los 80 el cuerpo de bomberos madrileño contará con la primera oficial de España y de Europa. Las mujeres conducen metro y autobuses y serán incorporando a las fuerzas armadas. En Madrid se inauguran los centros comerciales y los hipermercados que pronto darán paso a grandes espacios dedicados al ocio y el consumo abiertos sobre todo fuera de la llamada “almendra central”.
Madrid se transforma, se extiende hacia la periferia y los madrileños requerirán nuevas dotaciones de transporte, comunicaciones, infraestructura educativas y deportivas. En los 90 la comunidad asume una de las obras públicas mayores de Europa para atender a los madrileños y cubrir la extensión de la ciudad.
Uno de los símbolos de las nuevas dotaciones serán las distintas ampliaciones y construcciones de líneas de metro, la red de cercanías, el Metro Sur inaugurado en 2003 o la creación de Madrid Rio, icono de un entendimiento sostenible de la ciudad y del acceso y disfrute de los madrileños a espacios históricos, tradicionales rehabilitados bajo conceptos del siglo XXI.
Escritores y periodistas como Julia Navarro, Elvira Lindo, Marta Robles, Juan Luis Cano, Lorenzo Silva y la deportista Blanca Fernández Ochoa nos relatan los cambios en la vida cotidiana de la familia y en Madrid a los largo de más de veinticinco años.