Andrew Jenks, un embajador poco convencional
Es joven, deportista y con una imagen alejada del estereotipo diplomático
Haere mai!, con esta expresión maorí nos dan la bienvenida a la casa diplomática de Nueva Zelanda en Madrid. Lo hace Andrew Jenks, el embajador, un hombre joven y poco convencional con una imagen muy alejada del estereotipo.
Es una embajada modesta. Ni siquiera tiene conductor y es muy habitual ver al embajador conduciendo su propio coche para acudir a un acto oficial.
En el acto oficial de presentación como embajador ante Felipe VI, Andrew Jenks se atavió con el 'korowai', el 'dress code' de gala tradicional maorí para los varones. Lleva solo 10 meses como embajador y entre sus méritos está el haber impulsado la candidatura de los All Blacks a los premios Princesa de Asturias.
Madrid es una ciudad que le fascina. Entre sus lugares favoritos se encuentran el Retiro, Malasaña, Chueca y La Latina. En su tiempo libre le encanta ir a tomar una caña y unas tapas. El Embajador es un gran deportista y un gran amante de la vida sana. Le encanta nadar, hacer bodypump y practicar el surf, su gran pasión. Como en Madrid no hay playa, recorre Galicia y Asturias en busca de las mejores olas.
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