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La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la contaminación acústica como “cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB)”. En Madrid mejora tu vida, acudimos al Instituto de Terapia y Movimiento donde Patricia Escalonilla, logopeda experta, nos da más detalles acerca de esta afección.

La contaminación acústica afecta a todos los niveles: desde los oídos, pasando por problemas psicológicos derivados de la misma, así como puede ocasionar problemas en nuestra voz. Esta relación entre el exceso de sonido y las cuerdas vocales se da porque el ruido nos hace elevar la voz más allá de los 60 db –entendidos estos como el volumen ideal al que se debe tener una conversación-.

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La doctora nos habla también de la importancia de usar cascos cerrados que nos previenen de sufrir lesiones ya que, por un lado, el sonido se reparte de una forma homogénea por nuestra oreja y, además, aíslan el sonido exterior, lo que evita que subamos el volumen innecesariamente.