Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Con la llegada de la época estival, llegan cambios a nuestra vida: estamos más expuestos al sol, no solo por las largas horas que podemos pasar tumbados sobre la toalla; el clima propio del verano hace que nuestra ropa sea más fresca y ligera y por lo general mostramos más partes de nuestro cuerpo.

Asimismo, cambiamos nuestra dieta. Además de comer alimentos más ligeros y con mayor composición en agua, las comidas al aire libre como las barbacoas, son más frecuentes. Pasamos más tiempo al aire libre o en grandes espacios abiertos como las piscinas públicas. Todos estos factores influyen en la aparición de determinadas enfermedades o infecciones que en verano son más frecuentes.

La doctora Ana Bellón nos comenta en Madrid mejora tu vida cuáles son algunas de estas infecciones y cómo ayudar a prevenirlas.

¿Cómo afecta el calor a nuestros pies?

Enfermedades más frecuentes

Deshidratación

La deshidratación es un problema frecuente en verano debido a las altas temperaturas y al incremento de la actividad física, lo que provoca una mayor pérdida de líquidos a través del sudor. La falta de hidratación adecuada puede afectar negativamente al funcionamiento del organismo. Para evitar la deshidratación, es esencial beber suficiente agua durante todo el día, especialmente en días calurosos y cuando se realiza ejercicio físico.

Infecciones por hongos

Las infecciones por hongos suelen ser consecuencia de la humedad del sudor o de no secarse bien después de bañarse en el mar o en la piscina. Estas infecciones pueden contraerse en lugares donde se camina descalzo sobre superficies mojadas (piscinas, duchas y baños públicos, saunas, etc.) contaminadas por personas infectadas. La infección más común es el pie de atleta. Para prevenirla, es crucial mantener una buena higiene de los pies y secarlos completamente después de cada contacto con el agua.

Otitis

La presencia de humedad en los oídos facilita el crecimiento de bacterias, lo que puede llevar a la otitis. Para prevenirla, usa tapones para los oídos o gorros de natación para evitar que el agua entre en los oídos. Después de nadar, seca los oídos con una toalla suave y evita introducir objetos en el conducto auditivo.

Quemaduras solares

La exposición prolongada al sol sin la debida protección puede causar quemaduras en la piel de segundo y tercer grado, que requieren cuidados específicos. Para prevenir las quemaduras solares, evita exponerte al sol durante las horas de máxima radiación ultravioleta y aplica un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) adecuado antes de salir al sol. Recuerda reaplicar el protector solar cada dos horas, o más frecuentemente si te mojas o sudas mucho