La retención de líquidos o edema, se debe a la excesiva acumulación de líquidos –que debería filtrar adecuadamente nuestro sistema circulatorio y linfático- en los tejidos. Se debe principalmente a un mal funcionamiento hepático, un mal funcionamiento renal y/o un mal funcionamiento circulatorio.
En Madrid mejora tu vida, hemos querido conocer más detalles acerca de esta afección y para ello, consultamos a Isabel Merino, inmunonutriconista que ahonda en sus causas y soluciones.
Causas de la retención de líquidos
Cómo ya se ha mencionado, la retención puede deberse a problemas hepáticos, renales o circulatorios, que a su vez tiene su causa en otros factores:
- Cambios hormonales. Durante el embarazo, la menstruación o la menopausia, es frecuente que muchas mejores experimenten retención de líquidos. Esta afección si bien no es exclusiva de las mujeres, ellas las sufren con mayor frecuencia.
- Época estival. El verano suele influir en una mayor retención de líquidos, ya que el calor contribuye a que nuestro organismo no elimine la misma cantidad de líquidos.
- Misma postura corporal. Pasar muchas horas de pie o sentado, sin movimientos en nuestras articulaciones es uno de los factores. Asimismo, un estilo de vida sedentario es también una causa de retención de líquidos.
- Abuso de la sal. El sodio – que contiene la sal- atrae el agua.
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Soluciones para la retención de líquidos
Para evitar o tratar la retención de líquidos es importante practicar ejercicio regularmente. No tiene que ser un ejercicio de alta intensidad, con caminar 30 minutos a diario es suficiente. La otra medida importante a tomar, es tener una correcta alimentación. Hoy en día, dado nuestro estilo de vida, consumimos grandes cantidades de alimentos procesados. Precisamente, este tipo de productos tiene una elevada cantidad de “sal oculta”.
Una alimentación rica en productos frescos, frutas y verduras principalmente y bajos en sal, es la clave para evitar la retención de líquidos. Para evitar comidas sosas y “aburridas”, se recomienda la utilización de hierbas aromáticas, especias, vinagre o limón, como sustitutivos de la sal.