Conocemos el imponente Palacio del Parlamento Rumano, el segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono. Es herencia del régimen comunista de Ceausescu y cuenta aproximadamente con 1.100 salas, pero un 70% de ellas están sin utilizar. Una de esas salas es el búnker, aunque en Bucarest en cualquier construcción que tenga más de cuatro plantas debe ser construido un búnker.
Paseando por las enormes salas de mármol cubiertas de pan de oro, nos imaginamos como el expresidente del régimen comunista, Nicolae Ceausescu, pretendía realizar tremenda construcción megalómana, mientras que racionaba el pan a 300 gramos al día y la calefacción a 14ºC.
El balcón de la Casa del Pueblo fue diseñado para los grandes discursos, pero el dictador cayó antes de que terminase su gran obra. Enfrente se ve la plaza y bulevar Unirii, inspirado en los Campos Elíseos. En 1977 un terremoto destruyó más de 35.000 viviendas y para reconstruirla, Ceausescu la rediseñó inspirado en París. Por este motivo a Bucarest se la conoce como la París del Este.