Castillos del Rhin, un viaje a la Edad Media alemana
De todos los colores, formas y construidos sobre lugares inimaginables. En ningún otro lugar del planeta hay tantos castillos y fortalezas como en el valle medio del Rhin, una de las regiones más bellas de Alemania, que visitan cada año 20 millones de turistas. Y es que en este pequeño tramo de apenas 67 kilómetros de río, desde Bingen hasta Koblenz, podemos disfrutar de un destino que es Patrimonio de la Humanidad sumergiéndonos en plena época medieval.
Pasemos con Leonor por el pequeño y cuco pueblo de Rüdesheim y tomamos uno de los muchos barcos que surcan el Rhin. La mayoría de estos castillos se construyeron en el siglo XIII como método de control de tramos del río. La figura medieval que poseía un castillo -ya fueran príncipes, nobles o el propio clero- cobraba peajes por el paso a través de sus posesiones. No en vano, el Rhin fue una de las principales vías de comunicación entre el sur y el norte de Europa.
La Torre de los Ratones, el castillo de Reichenstein o el de Rheinstein son algunos de las primeras fortificaciones que observamos. Hacemos parada en Mainz, capital de Renania y ciudad universitaria, donde nació Gutenberg, creador de la imprenta. Visitamos su museo.
LA LEYENDA DE LORELEY
Seguimos la ruta de los castillos, en este caso con Pedro, con quien visitamos el de Schönburg, convertido hoy en hotel, y la majestuosa catedral románica de Maniz. Otro de los puntos más visitados de esta ruta es el peñón de Loreley, una zona donde se generan fuertes corrientes que causaron durante años diversos naufragios. Cuenta la leyenda que debido a los cánticos de una bella sirena situada en lo alto del peñón.
Otro de los impresionantes castillos de la zona es el de la familia Eltz, uno de los mayores y más bellos de Alemania.
A unos 20 km. de Mainz, en Rüsselsheim, conocemos la historia de Patricia, quien convive con su invidencia con absoluta normalidad.
Conocemos por último a Alberto, que vive en Koblenz, también a orillas del Rhin. Precisamente la confluencia entre el Rhin y el Mosela, la llamada Esquina Alemana (Deutsches Eck) es el lugar más emblemático de la ciudad. Y al otro lado del río se encuentra la Fortaleza de Koblenz, hasta donde se llega en teleférico. Y nos podemos olvidar del castillo de Marksburg, el único de Alemania que jamás ha sido conquistado o destruido.
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