Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
(Actualizado

Nos vamos hasta Eslovaquia a 1.071 kilómetros de Madrid. Bratislava es su capital y ha vivido dos guerras mundiales, el horror del nazismo y años de comunismo. Un país muy joven que hasta 1993 perteneció a la antigua Checoslovaquia y que en 2004 comenzó a formar parte de la Unión Europea. Bratislava tiene la particularidad de que es la única capital del mundo que tiene frontera con dos países.

Nos encontramos a nuestro primer madrileño, Víctor, paseando por Bratislava junto a su novia, la razón de su mudanza a la ciudad eslovaca. Victor nos ha llevado hasta el castillo de Bratislava, la imagen más conocida de la ciudad y el principal atractivo turístico. El castillo que data del siglo X ha ido sufriendo con el tiempo numerosas modificaciones y cambios. Nos han explicado cómo ahora el castillo es una de las sedes del Museo Nacional Eslovaco y es dónde se reúne la Asamblea Nacional de la República Eslovaca. Desde la torre del castillo, de 86 metros, se puede contemplar una de las mejores vistas de la ciudad. Hemos ido paseando hasta el Parlamento, muy joven todavía ya que se creó en 1993 cuando Eslovaquia se separó de Checoslovaquia. Muy cerca de Bratislava se encuentra una reserva dónde se crían tigres siberianos, un animal que se encuentra en peligro de extinción y del que únicamente quedan 400 ejemplares en todo el mundo. Nuestro madrileño ha querido que conociéramos la gastronomía típica eslovaca en uno de los restaurantes más famosos de Bratislava, el Gurmansky Grob. El puente Lafranconi, que cruza el río Danubio -el segundo río más largo de Europa con una longitud de 2.900 kilómetros- es famoso porque muchos eslovacos hacen puenting desde este lugar.

Sandra, nuestra siguiente madrileña,trabaja en la oficina comercial española en Bratislava y con ella nos hemos ido a pasear por el centro de la ciudad y así conocer la estatua más famosa y fotografiada de todo Bratislava, El mirón. Bratislava únicamente conserva una de las cuatro puertas que antiguamente había en la ciudad en la época medieval, la puerta de San Miguel, dónde se encuentra el Kilómetro 0 de la ciudad. Nuestra madrileña nos ha llevado hasta la casa más pequeña del mundo, que sólo mide 1,30 metros de ancho. La residencia del presidente del Gobierno eslovaco es el Palacio Grassalkovich, del siglo XVIII y está rodeado de espectaculares jardines. Sandra nos ha llevado hasta la plaza en dónde cuenta la leyenda que se quemó a la primera bruja de Bratislava. Con nuestra madrileña nos adentramos en uno de los 27 bunkers que todavía quedan en pie, un lugar muy restringido en el que nunca han permitido grabar a la televisión eslovaca. Laiglesia de Santa Isabel de Hungríaes uno de los grandes atractivos de la ciudad por la particularidad de ser azul, de hecho se la conoce como la Iglesia azul y se dice que el creador de los pitufos se inspiró en ella para crear los personajes.

Nuestra tercera madrileña ha vuelto a Eslovaquia, que es el lugar de origen de sus abuelos maternos. Sandra nos ha llevado por el centro de la capital y nos ha enseñado uno de los edificios más famosos, el Palacio del Primado. Un palacio clasicista del siglo XVIII decorado con esculturas que representan las virtudes y un sombrero de cardenal de 150 kilos coronando la estructura. La sala de los espejos es la más famosa del palacio, ya que en ella se firmó la paz entre Napoleón y el Imperio Austriaco. En la actualidad, se utiliza este palacio para realizar todo tipo de eventos, conciertos, bodas, etc. Paseando por la calles de Bratislava nos encontramos con la catedral de San Martín, dónde antaño se coronaba a los reyes del Imperio Austro-Húngaro. Por eso, en su torre hay una corona de oro de más de un metro y un peso que supera los 300 kilos. Susana nos ha explicado que en Eslovaquia hay mucha tradición de regalar flores, pero siempre un número impar, ya que sólo se llevan flores pares al cementerio. Nuestra madrileña nos ha llevado a conocer el lugar dónde comienzan los Cárpatos, a pocos kilómetros de Bratislava. La música forma parte de la vida de los eslovacos. Por eso, el Teatro de la Ópera de Bratislava es uno de los más importantes. Nos despedimos de Susana en la plaza más bonita de la ciudad, la Plaza del Mercado rodeada de edificios con encanto y desde la que se puede admirar el antiguo Ayuntamiento.

Pablo es nuestro último madrileño y vive a 50 kilómetros de Bratislava, en Trnava. Una ciudad a la que se conoce como la Roma eslovaca y que conserva un precioso perímetro amurallado. Nuestro madrileño nos ha enseñado la iglesia católica más importante de la ciudad, la de San Miguel que data del siglo XIV. Tras un paseo por el casco antiguo de Trnava, hemos acompañado a Pablo a comprar una carpa para cenar. Lo curioso es que este tipo de pez, que es el más consumido desde que se hiciera muy accesible tras la I Guerra Mundial, se llevan a casa vivos. A 15 kilómetros de Trnava se encuentra Bohunice, dónde Pablo quiere enseñarnos la mayor central nuclear de la zona, que se encarga de generar el 50% de la energía eléctrica del país. Este madrileño nos ha mostrado uno de los castillos más hermosos de la zona, el de Smolenice. Un edificio del siglo XIII que ahora se usa para celebrar bodas, congresos y dónde se pueden alquilar habitaciones por un precio muy económico. Descubrimos que en este pueblo nació el inventor del primer paracaídas del mundo. Cerca de Bratislavia se encuentra una de las zonas más famosas de termas de todo el país. De hecho, a Piestany acuden cada año más de 60.000 turistas en busca de tratamientos de salud.