Palacios, bosques y originales museos como el de dibujos animados o el de bolas de Navidad
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Cada semana un reportero del programa viaja a otras ciudades del mundo para ver cómo viven los madrileños fuera de nuestro país. ¿Te animas a venir con nosotros a conocer madrileños por el mundo?
A 3.000 kilómetros de distancia de Madrid se encuentra uno de los países más pintorescos de Europa repleto de bosques por descubrir, ciudades medievales y un precioso entorno rural. En este viaje aterrizamos en el sur dePolonia.
Primera parada, Rzeszów, antiguamente llamada en español y 'latín Resovia'. Se trata de la ciudad más importante del sur de Polonia con casi 184.000 habitantes.
Aquí paseamos por su casco histórico donde se encuentran edificios importantes como el del ayuntamiento que luce una bonita y original fachada barroca coronada con un águila dorada, símbolo de la libertad y del país.
Pero lo más impresionante ha sido poder ver este lugar a vista de dron, donde se distinguen perfectamente los diferentes estilos de la ciudad: Medievo, Barroco y Renacimiento.
Tejados de ladrillo en diferentes tonalidades, fachadas en color crema y blanco todo en una perfecta sintonía cromática.
Con los pies de nuevo en el suelo, descubrimos el mercado de Rzeszów, que sería lo equivalente a nuestro Rastro de Madrid, aquí podemos encontrar fruta, verdura, ropa de segunda mano o comida preparada.
¿Sabías que en Polonia hay un museo de los dibujos animados?
Se trata del Muzeum Dobranocek con colecciones únicas relacionadas con la historia de la animación polaca y extranjera para niños, comenzando con los programas nocturnos más antiguos transmitidos por el primer canal de la televisión polaca.
Aunque hay algunos personajes que no reconocemos porque no han llegado a nuestro país, sí que hay otros que son mundialmente conocidos como Winnie the Pooh.
Con tanto turismo nos ha entrado hambre, así que hacemos una parada en la Plaza del Mercado, en una pastelería muy conocida que se llama 'Dobra Paczkarnia'.
Aquí venden un dulce muy típico en Polonia, el donut relleno de múltiples sabores como kiwi, melocotón, piña, caramelo o el más recomendado, el de rosas.
Con las pilas recargadas llegamos a Lancut, para conocer una de las pocas sinagogas que quedan esta zona del país y la mejor conservada de la región subcarpática.
Aunque la construcción más impresionante del sur de Polonia es el Palacio de Lancut.
Se construyó a mediados del siglo XVI, de estilo Neoclásico y Barroco, aunque antes fue un castillo.
Lo más llamativo de complejo que incluye varios edificios y está rodeado por un parque son sus verdosas cúpulas que lucen ese tono por el paso del tiempo al estar realizadas en cobre.
Aunque la joya secreta del palacio es el teatro privado que alberga, uno de los más pequeños del mundo, que conserva los decorados originales de la época.
Hasta aquí venían personas de muchas partes del mundo para ver las obras, y hasta fue utilizado como cine en el siglo XX.
Después quedamos con uno de nuestros madrileños en el cementerio en el que trabaja realizando las lápidas de las tumbas y nos lo muestra en su taller.
Y, ¿un museo de bolas de Navidad todo el año? ¡Lo visitamos!
Originalmente colgaban frutos de los árboles de Navidad pero un año de sequía, un soplador de vidrio tuvo la idea de realizar en cristal unas bolas que poder utilizar para decorar los árboles antes la falta de frutas, y la tradición continúa hoy en día.