Manchester es una ciudad única por muchas razones, y una de ella es que se trata del primer centro urbano industrializado, lo que la convirtió en un modelo a seguir para muchas ciudades inglesas. Las primeras fábricas textiles de hilado de algodón, conocidas como mills, se ubicaron en Manchester desde finales del siglo XVIII y moldearon la economía de la ciudad. Un fenómeno que ha dejado un legado visual en las calles, caracterizado por sus fachadas rojizas, y que a día de hoy se sigue conservando como fábricas, bloques de apartamentos o lugares de ocio para pasar una noche con buena música.
También en Manchester se construyó la primera línea ferroviaria de pasajeros del mundo. La primera línea de pasajeros se construyó en 1830 y unía la ciudad con la vecina Liverpool, y de allí con el Atlántico Norte. ¿Tendrá que ver ese origen peculiar con la otra característica más sobresaliente de Manchester? De sus decenas de bares han salido leyendas del pop británico como Oasis, New Order, Simply Red, Joy Division, The Smiths, Take That, Morrissey o The Stone Roses. Parte de la historia del pop mundial de los últimos 40 años se ha escrito en estas calles.