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No se nos ocurría una mejor forma de conocer Río de Janeiro que desde las alturas, así que nos trasladamos al aeródromo de Barra da Tijuca. A bordo de un helicóptero descubrimos los contrastes de la segunda ciudad más poblada de Brasil, donde viviendas exclusivas a pie de playa están próximas a las favelas, asentamientos que, solo en Río, alcanzan los 970 y donde reside cerca del 20% de su población. La vista aérea también nos permitió conocer de un modo inigualable algunos de los símbolos de la ciudad, como el morro Pan de Azúcar y el Cristo Redentor, enorme estatua de Jesús de Nazaret reconocida como una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno.