Shanghai, de la tradición milenaria china a los rascacielos del futuro
A 10.250 Km de Madrid se encuentra la capital económica de China y uno de los lugares más poblados del mundo. En el año 2008, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos en China, Madrileños por el Mundo visita Shanghai. Una ciudad que se ha convertido en un gigante financiero, industrial, cultural y turístico, capaz de aunar la modernidad de impresionantes rascacielos con los edificios coloniales y las casas tradicionales. Entre sus cuatro mil rascacielos y más de veinticinco millones de habitantes hemos encontrado madrileños dispuestos a enseñarnos la ciudad.
Nuestra primera madrileña, Carlota de Alcalá de Henares, nos recibe en el Racquet Club de Shanghai, el club privado en el que vive con su marido y su familia junto a otros expatriados. Visitamos su apartamento, por el que pagan más de seis mil euros mensuales y salimos a recorrer los alrededores. Carlota nos enseña el mercado donde realiza habitualmente la compra. En él encontramos todo tipo de algas y de bambús, una curiosa tienda donde fabrican pinceles con pelo humano y un comercio donde venden todo tipo de amuletos fabricados con la piedra más popular de China, el jade. Nos despedimos de nuestra madrileña degustando el tradicional y delicioso té de jazmín.
Nuestros siguientes madrileños son una pareja de novios de Pinto llamados Eduardo y Natalia, él trabaja en el Consulado español y ella en un hospital internacional. Nos reciben en People´s Square, donde tiene lugar una curiosa tradición que consiste en que los padres buscan pareja a sus hijos exponiendo públicamente su currículum con su fotografía. En el parque observamos como muchas personas practican el complejo y relajante arte del tai-chi, mientras otros disfrutan de su tiempo de ocio jugando a las cartas o al mahjong. Nuestros madrileños nos explican la importancia que tienen los números en la cultura china y su significado (el ocho es el número de la buena suerte, el cuatro el de la mala suerte y el nueve el número del amor). Paseamos por la Ciudad Vieja, un barrio puramente comercial desde el que divisamos la cuarta torre más alta del mundo, la Jin-Mao y la obra de la construcción del Shanghai World Financial Center, cuya torre será la más alta del mundo. Nos trasladamos a uno de los barrios más lujosos de Shanghai, el Bund, donde visitamos la Torre de la Perla Oriental, la torre de la televisión de Shanghai y el Templo del Buda de Jade, donde observamos a los devotos realizar el ritual del fuego y el incienso antes de la oración. No podemos pasar por Shanghai sin darnos el capricho de disfrutar de un tradicional masaje de pies de una hora de duración por el módico precio de tres euros y medio. Nos despedimos de nuestros madrileños en su domicilio que, por supuesto, está decorado siguiendo las leyes del feng shui.
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