Debido a lo caro que es el suelo en Ámsterdam, tan solo viendo la fachada de una casa podemos saber el poder adquisitivo de los propietarios ya que, antiguamente, se pagaba un impuesto según el espacio de su fachada.
Esta, en concreto, ocupa a lo ancho una gran parte de la calle, y no es para menos porque se trata de la vivienda de una de las familias más ricas de Holanda, la familia Van Loon, que la adquirió en 1884.
¿Por qué era tan rica esta familia?
Los Van Loon fueron cofundadores de la Compañía de las Indias Orientales y Occidentales, la compañía de comercio marítimo más importante del mundo en aquel momento.
Una vez dentro de lo que ahora es un gran museo, no nos cabe ninguna duda de la calidad de vida de la aristocracia en el siglo XVII, con grandes techos altos en sus estancias principales, aunque algo más bajos en las plantas superiores. Esto era así para impresionar a las visitas.
Visitamos también los dormitorios, el principal con una gran cama con el clásico dosel que utilizaban para protegerse del frío. El color burdeos es la tonalidad que predomina tanto en la ropa de cama como en las paredes, complementado con el dorado y una gran chimenea plateada. Y una curiosidad de esta habitación es su puerta de entrada que como querían que se mantuviese en simetría con la chimenea, la simularon en la pared, aunque luego la verdadera entrada estaba a continuación, completamente camuflada.
En el centro de toda esta gran edificación se encuentra un jardín impresionante al que se tiene acceso desde todas las estancias, un especio inimaginable cuando ves su fachada desde fuera.
La importancia de esta familia pasaba también porque varios miembros ocuparon cargos en el gobierno municipal de Ámsterdam. Más adelante, el Rey Guillermo I, además, les concedió títulos nobiliarios.