En el casco antiguo de Varsovia se encuentran los restos de la muralla medieval, la columna de Segismundo III, el rey que convirtió a Varsovia en capital en 1596, y el castillo que fuera residencia de los reyes de Polonia. El perfecto estado del castillo, construido originalmente en el siglo XV, es obra de los restauradores: la ciudad fue casi completamente destruida en la Segunda Guerra Mundial, y especialmente durante el levantamiento del gueto, en 1944.
El casco histórico fue reconstruido utilizando fotografías e incluso cuadros del famoso pintor veneciano Canaletto. El detalle y el éxito de la reconstrucción fueron tales que la Unesco declaró a Varsovia Patrimonio de la Humanidad en 1980.