Así de duras son las condiciones de vida de los habitantes de la Nueva Rinconada
Las casa fueron construidas por ellos mismos en este colina del distrito de San Juan de Miraflores
Cristina cambió su vida en Madrid hace cuatro años por su trabajo en Naciones Unidas ayudando en barrios como este en San Juan de Miraflores, exactamente en la zona de la Nueva Rinconada, un lugar que nos sorprende nada más llegar por lo árido que es el terreno, que está completamente sin asfaltar, y por la cantidad de construcciones austeras que se asientan sobre la colina.
"Esta zona se creó de manera irregular cuando algunas personas que vivían en diferentes zonas de Perú fueron desplazándose internamente durante el periodo de terrorismo para protegerse de la situación de violencia generalizada que había en el país”, nos ha contado Cristina.
Recorremos esta Rinconada en un curiosos y pequeño vehículo a motor que funciona como taxi-tour y que tiene un precio de 3 soles, un euro al cambio.
Una vez en lo alto de la montaña vemos las viviendas que alojan a cerca de 85.000 personas en esta parte de Lima en la que las familias llegan, ocupan el terrero y ya pueden construir su casa.
Debido a que esta es una zona no regulada, las construcciones no disponen de suministro de agua ni de desagüe por lo que se abastecen por medio de unos bidones con una capacidad de unos 100 litros que un camión cisterna va rellenando regularmente.
“El precio de llenar estos depósitos de agua es de unos 3 soles (un euro), pero hay que tener en cuenta que una familia de unos cinco miembros suele gastar esos 100 litros casi al día por lo que al final el agua en esta zona cuesta tres veces más que en cualquier otro sitio de Lima”, afirma nuestra madrileña.
Y entre todas estas casas encontramos una iglesia evangelista en la que se está impartiendo una misa para los ciudadanos de este lugar.
Nos llama la atención también la ausencia de mascarillas en toda esta población que afirma que no ha tenido ningún contagio por coronavirus.
Y para los pequeños que viven en la Rinconada, existe un colegio al que los niños acuden cada día, aunque ahora con la pandemia no es así y tienen muchísimos problemas para poder acceder a las clases virtuales ya que no disponen de dispositivos electrónicos ni Internet para conectarse.
Seguimos nuestro paseo por este barrio y nos encontramos con el que denominan el ‘muro de la vergüenza’ que no es más que eso, un gran muro de 10 kilómetros que separa la zona de la Nueva Rinconada del distrito de Surco donde hay una urbanización bastante exclusiva para gente con poder adquisitivo que se quejó de que los residentes de esta zona de Miraflores les entraban a robar en sus casas.
Y si nos subimos a lo alto de la colina donde se produce la división de estos dos distritos, se aprecian dos mundos completamente diferentes. Por un lado, grandes mansiones con piscina mientras que, por el otro, la gente lucha cada día por sobrevivir en unas condiciones completamente distintas.
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