Sin duda, el molino de viento es el símbolo característico de Holanda. Llegó a haber 10.000 repartidos por todo el país, pero en la actualidad sólo se conservan 1.000 y, de estos, 300 están habitados. ¡Y nosotros tenemos la suerte de visitar uno!
Los molineros tienen que realizar una preparación de 200 horas y, una vez las han superado, pueden vivir aquí. Por dentro es como una casa, y en la parte superior nos encontramos con la "zona de trabajo", donde actualmente se continúa moliendo el grano.
El molino que visitamos es Patrimonio Nacional y se construyó en el año 1801.