Las obras de restauración para abrir un restaurante descubrieron esta antigua casa de los templarios en Lecce
Luciano Faggiano se vio obligado a romper el suelo para solucionar unos problemas de humedad cuando se encontró con esta joya arqueológica
Redacción
Lecce es conocida como la Florencia del sur de Italia por su estilo Barroco con un estilo único que se caracteriza con el color de la piedra.
Y en esta ciudad hemos encontrado una historia muy curiosa de un cocinero que compró un inmueble para poner ahí su restaurante, pero cuando en 2001 el señor Luciano Faggiano, el propietario, se vio obligado a romper el suelo de la casa para cambiar las cañerías de alcantarillado que causaban continuos problemas de humedad, se encontró con que debajo de esta casa había existido una casa de los templarios.
La pena es que este hombre vio truncado su sueño de abrir aquí su restaurante porque el Estado italiano le obligó a crear un museo para enseñar este antiguo palacio que de 1.000 a 1200 fue casa templaria, y más tarde, hasta 1600, un convento de monjas franciscanas de Santa Clara.
De esta forma se creó el ‘Museo Faggiano’, abierto al público desde abril de 2008, recoge en su interior evidencias histórico-arqueológicas que contienen un lapso de tiempo de más de 2000 años, desde Messapi hasta los romanos, desde la Edad Media hasta el Renacimiento, en un recorrido histórico tangible y visiblemente sorprendente.
El trabajo de excavación que se llevó a cabo después, sacó a la luz tumbas, graneros, cisternas, hipogeos, un pozo, frescos templarios, osario, vías de escape subterráneas, más de 5.000 hallazgos arqueológicos y otras cosas increíbles.
Una vez dentro de ese museo descubrimos efectivamente el pozo excavado en el suelo por donde escapaban los turcos que intentaron invadir Lecce. Y a la entrada de esta galería, encontramos la clásica flor de los templarios en la pared que indicaba precisamente que este era un lugar sagrado.
Muy cerca de este poco, también excavado en el suelo de este edificio, encontraron la tumba de los mesáticos, la primera población que habitó este lugar.
También tenían un lugar para guardar el grano que después los templarios recogían y lo llevaban en barco hasta Jerusalén.
Curioso también el sistema de refrigeración que utilizaban los romanos en la época que se basaba en unos orificios en la parte superior de los túneles que utilizaban para respirar el aire que circulaba por el exterior. Es un rústico sistema de aire acondicionado.
Seguimos descubriendo las maravillas de esta exposición arqueológica como una sorprendente capilla de los franciscanos de hace 1.400 años de antigüedad donde se erige una figura de San Francisco de Asís.
Llama la atención la buena acústica de este lugar construido completamente de piedra que aprovechaban para realizar sus cánticos.
La entrada a este museo cuesta 5 euros por persona.