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La Adrada se encuentra en un privilegiado entorno, en pleno valle del Tiétar (Ávila). Es un tranquilo y pequeño pueblo en donde comienzan a establecerse numerosos madrileños que buscan un lugar tranquilo, barato y que les ofrezca una buena calidad de vida. Desde la pandemia, hay 300 nuevos empadronados en La Adrada. Es el caso de Mariano, un madrileño de Leganés que decidió trasladarse con toda su familia a este pueblo abulense.

Trabajar a 95 kilómetros de Madrid

La Adrada se encuentra a 95 kilómetros de Madrid y a 50 de Talavera de la Reina. Y resulta que muchos madrileños tienen allí su segunda residencia. Sin embargo, unos pocos han decidido convertirla en la primera. Es el caso de Mariano, que tras la pandemia decidió establecerse allí con su familia, mujer y dos hijos adolescentes. Trasladó allí también su empresa, que fabrica tarjetas de pvc (fabrica cerca de 5 millones de tarjetas al año), y al control de acceso y fichaje en las empresas. "No fue nada fácil. Tuvimos que cambiar también los institutos de los niños".

Sin embargo, tanto en la casa como en el entorno, han salido ganando. Cambiaron su piso de 70 metros cuadrados por un chalet de 250 metros y 400 metros cuadrados de jardín.

Desde que empezó la pandemia, La Adrada ha crecido en 300 personas más

La Adrada ha crecido. Ya son cerca de 2.900 habitantes. Como reclamo y gran atractivo: el castillo de La Adrada, que data del siglo XIV y fue propiedad de Don Álvaro de Luna, y el entorno de la Naturaleza. La Adrada está en pleno valle del Tiétar, y en el pueblo se respira tranquilidad.

Muchos de los comercios de este pueblo están regentados por madrileños. Entre ellos, la quesería más famosa (que cuenta con numerosos premios internacionales) y la churrería.