Camping de jaimas en Cercedilla, Madrid
Las jaimas, en su origen, servían para resguardarse de las tormentas de arena del desierto. Ahora se les da un uso muy diferente. ¡Te lo descubrimos!
El glamping no puede estar más de moda. Esta práctica, que combina el lujo con la experiencia de acampar al aire libre, se ha convertido en todo un éxito y ha logrado que se disparen las reservas en los espacios donde se practica.
En Cercedilla conocemos a Alberto, el propietario de un camping que se ha sumado a esta novedosa práctica. Para ello, ha instalado en el espacio rural que regenta, un par de jaimas que alquila por el módico precio de 100€ la noche.
Tradicionalmente, las jaimas -que en árabe significan ‘tiendas de campaña’- se utilizaban como instalaciones nómadas y servían a los viajeros para protegerse de las tormentas de arena del desierto. Hoy en día, se les da un uso muy diferente. Al menos en la Comunidad de Madrid, donde se utilizan de forma recreativa y para llamar la atención del aventurero que quiera vivir una experiencia única.
“Están teniendo muy buena aceptación. A la gente le ha gustado mucho” la idea, nos ha confesado Alberto. Estas pequeñas tiendas de campaña de 4 metros de diámetro cuentan con todas las comodidades de una habitación de hotel: cama, mesillas con sus correspondientes lámparas y hasta un baúl que hace la función de armario. Además, el suelo está cubierto de alfombras para que no se pierda el calor del interior.
De hecho, estas jaimas están preparadas para las bajas temperaturas que se pueden dar en la sierra de Madrid en verano. Cuentan con una salida de estufa o para el tubo de una pequeña chimenea en el caso de que necesite instalarse algún aparato emisor de calor.
Pero lo que más nos ha llamado la atención de este camping son sus vistas. Rodeado de un bosque de roble y pino, se convierte en el paraje ideal para cualquier tipo de escapada. Sobre todo, si es en pareja y buscas un lugar romántico donde pasar una noche difícilmente olvidable.
Y no solo por la claridad del cielo y la posibilidad de ver las estrellas sin ningún tipo de contaminación, también por los espectaculares atardeceres que se pueden observar desde cualquier punto de este camping. “Son preciosos”, nos describen dos huéspedes que han alquilado una jaima para desconectar de sus trabajos y olvidarse del bullicio de la ciudad por unos días.
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