Suiza, Suecia, Finlandia y Noruega son los países con mayor número de búnkeres antinucleares por habitante del mundo. En Madrid tenemos el refugio nuclear de La Moncloa, y el más grande es España en la base aérea de Torrejón de Ardoz. Además, somos la ciudad que conserva más búnkeres de la Guerra Civil Española, algunos de ellos en lugares tan sorprendentes como el Parque del Retiro.
Este refugio antiaéreo fue construido para proteger a 275 personas de los bombardeos en esta zona, pero no llegó a usarse nunca para este fin porque nunca llegaron a producirse dichos bombardeos. Para lo que sí que se utilizó después de la guerra es para el cultivo de champiñones.
Lamentablemente, este búnker de 8 metros de profundidad no está preparado para un ataque radioactivo que lo haría perfecto en caso de guerra nuclear, ya que fue creado para aguantar bombas de hasta 100 kilos, a diferencia del situado en el Parque del Capricho que, al estar a una profundidad de 15 metros, podía resistir hasta 300 kilos.
El refugio de 150 metros estaba dividido en diferentes estancias donde se encontraban las letrinas de hombres y mujeres, por ejemplo, u otras zonas donde permanecer esperando y calentarse junto a una estufa. Además, los túneles hacen giros cada 25 metros para evitar que una onda expansiva demasiado fuerte destruyese todo el espacio.
Además, funcionaba con luz independiente de la de la ciudad ya que, cuando empiezan los bombardeos, lo primero que se hace es quitar la iluminación de las calles para dificultar el alcance a los objetivos principales.
Algunas de las salidas que tenía el búnker del Retiro fueron tapiadas al pasar lo años ya que quedaban en medio de la calle, por donde ahora circulan los coches.Muy pronto, este refugio estará abierto al público y la entrada será gratuita.