El Banco Español del Río de la Plata llegó a Madrid a principios del siglo pasado y encargó la construcción de su sede, un grandioso edificio en la calle Alcalá, a Antonio Palacios y Joaquín Otamendi que, muy cerca, habían iniciado ya las obras del Palacio de Comunicaciones de Cibeles.
En este banco se custodiaron los dineros de los indianos y, todavía hoy, se conserva la cámara acorazada que durante años albergó auténticas fortunas. Desde el año 2006, es la sede del Instituto Cervantes y esa cámara acorazada sigue guardando tesoros de valor incalculable: los legados de los Premios Cervantes.