Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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La Puerta de Alcalá cuenta con un equipo muy especial encargado de su conservación: un águila y dos halcones forman parte de la "patrulla aérea" liderada por David, un experimentado cetrero. Este innovador sistema para ahuyentar a las palomas muestra cómo la cetrería, un arte ancestral, sigue siendo una herramienta efectiva en pleno siglo XXI.

Un método ancestral al servicio del patrimonio

Las aves rapaces –dos águilas Harris y un halcón híbrido Gerifalte– realizan vuelos estratégicos alrededor del monumento varias veces a la semana para mantener alejadas a las palomas, cuyas deyecciones y nidos generan daños estéticos y químicos en la estructura pétrea. Este método no solo protege la Puerta de Alcalá, sino que también pone en valor la cetrería, una práctica declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.

Cetrería más allá de la Puerta de Alcalá

Aunque pueda parecer sorprendente, el uso de rapaces no se limita a los monumentos históricos. Este arte ancestral se emplea en aeropuertos, estadios y otros espacios públicos para mantener a raya a las aves que pueden suponer un problema. Su efectividad radica en el instinto depredador de estas aves y en la memoria de las palomas, que aprenden rápidamente a evitar los lugares donde sienten la amenaza.