Hace 8 años que Lorenzo Caprile decidió instalarse más cerca de su taller de costura y de sus hermanos, a pocas calles del barrio de Salamanca. Pero en vez de elegir una casa, eligió mudarse a vivir en un hotel. Una pequeña habitación, con un escritorio, una cama de 90 y una pared recubierta con estanterías repletas de libros son sus actuales compañeros. Es allí donde asegura "se inspira para dibujar sus creaciones" y el lugar en el que encuentra la tranquilidad absoluta.