Ya queda menos para disfrutar de uno de los momentos más mágicos del año: la Navidad. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo se fabrica esta época tan especial? Detrás de cada luz, dulce o decoración hay historias de tradición, esfuerzo y creatividad que hacen posible que celebremos estas fiestas con tanta ilusión. Las descubrimos en 'Mi Cámara y yo'.
El alumbrado navideño de Madrid tiene un origen curioso: los responsables son una empresa andaluza con casi 90 años de historia, fundada por un electricista de Córdoba. Hoy, esta compañía instala luces navideñas en grandes ciudades como Nueva York, Londres, Milán o Dubái.
En Toledo, el mazapán lleva fabricándose desde el siglo XVI, y la tradición sigue viva gracias a negocios familiares como el de Ana, cuya empresa va ya por la séptima generación.
Otro de los grandes secretos de estas fiestas se encuentra en Madrid, en la fábrica de pelucas más grande de España. Este negocio familiar, fundado en 1964, comenzó con el auge de las chicas ye-yé y hoy produce artesanalmente pelucas, prótesis y postizos tanto para personas con problemas capilares como para espectáculos. Incluso los Reyes Magos confían en ellos para sus barbas y pelucas.
Por supuesto, no hay Navidad sin lotería. Cada año, millones de personas se acercan a administraciones emblemáticas como Doña Manolita para hacerse con un décimo y compartirlo con familiares o amigos.
En Torrearévalo, un pequeño pueblo de Soria, se encuentra el acebal más grande de Europa Occidental. Este arbusto, es símbolo de buena suerte. Nos adentramos en uno de sus talleres donde las artesanas transforman las ramas en coronas, centros florales y guirnaldas que decoran hogares por toda España.
En Valdemoro, Madrid cuenta con la fábrica de roscones más grande de España. En una nave de 30.000 metros cuadrados, se producen más de 800.000 roscones durante la temporada navideña, utilizando más de 710 toneladas de materias primas.
Por último, en Rivas Vaciamadrid, Ángel nos abre las puertas de su casa, donde la Navidad brilla como en ningún otro lugar. Desde hace 18 años, decora su chalet con miles de luces navideñas, una tradición familiar que requiere entre dos y tres meses de preparación. El resultado, simplemente espectacular, es la prueba de que la magia de la Navidad también vive en los pequeños detalles de cada hogar.
