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Lo hacen por afición o como profesión y les unen las trufas, el agua, los mastodontes y las balas de la guerra civil. Mi cámara y yo los ha reunido en este programa y los ha acompañado en su proceso de búsqueda, al que todos se dedican con auténtica pasión.

Guillermo practica una actividad milenaria, la detección de aguas subterráneas con varillas o péndulo. Se gana la vida como zahorí desde hace 10 años y ha marcado con éxito más de 200 pozos. MCY comparte con él una jornada de trabajo en la finca de Julián, que necesita agua para poder dedicarla al cultivo de pistachos. Guillermo cobrará por esta búsqueda alrededor de 200 €.

Tan vinculados a la tierra como Guillermo, viven Javier y Niño, su perro trufero. MCY los visita en plena recogida de la trufa en su explotación de Cifuentes. Un auténtico tesoro que se esconde bajo tierra y puede llegar a valer hasta 1.600 €/kg. Un plantón de encina trufera cuesta unos 5€, pero para que empiece a dar frutos tienen que pasar entre 5 y 8 años.

Niño, el perro trufero

Fósiles en pleno Somosaguas

Muchos más años –la friolera de 14 millones- llevan bajo tierra los objetos que Adriana y Ana buscan en el yacimiento del campus de Somosaguas. Hasta 400 fósiles de mastodontes, rinocerontes o antílopes se encuentran cada año en este yacimiento que se empezó a excavar en 1998.

Virgilio y Adolfo son "detectoristas". Con ellos, MCY descubre en Brunete las curiosidades de la búsqueda con detectores de metales. En lo que fue frente de batalla durante la Guerra Civil, encontramos balas y cartuchos y aprendemos que el sonido que emiten los aparatos y los números que registran, indican el tipo de metal que se halla bajo tierra. Y buscadores son, también –de hecho quieren hacer de ello su profesión-, los alumnos del máster de Criminalística de la Universidad Camilo José Cela. MCY asiste a una sesión práctica y recopila pruebas junto a estos futuros especialistas de la investigación policial.