¿Qué es lo primero que querrían ver nada más asomarse a la ventana de su casa? El Parque del Retiro, la Plaza de Oriente, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial o la Gran Vía…, son algunas de las maravillas que algunos madrileños pueden contemplar con solo levantar las persianas de su hogar cada mañana. 'Mi Cámara y yo' propone en 'Casas con vistas' un recorrido por algunas de esas viviendas, desde donde se pueden observar enclaves impresionantes de la Comunidad de Madrid.
En la Sierra de Guadarrama, uno de los lugares más hermosos de nuestra comunidad, MCY ha conocido a dos madrileños privilegiados. Eusebio puede presumir de tener vistas a una 'playa' y ¡qué vistas!, las del embalse de Navacerrada. José contempla desde su chalet situado en el Monte Abantos, panorámicas que parecen de postal.
Sin salir del municipio de San Lorenzo de El Escorial, al que pertenece Abantos, MCY descubre otras vistas cargadas de historia y a otro afortunado. Las ventanas de Javier se abren a un monumento que, en 2018, recibió más de 500.000 visitantes: el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Sin duda, una vista privilegiada que, sin embargo, no suscita la envidia de Zulima y Javi, propietarios de un estudio de tatuajes en Aranjuez, y residentes en el conjunto de viviendas que forman parte del Paisaje Cultural de Aranjuez, frente a su Palacio Real.
¿Y qué dirían si desde sus ventanas contemplasen otro Palacio Real, el de la Plaza de Oriente, o la Plaza Mayor o el Parque del Retiro? Borja le cuenta a MCY lo que se siente al ver desde la cama unas “reales vistas”. Celia lo que significa asomarse a los 400 años de historia de la Plaza Mayor y Nora lo que supone ver, con solo abrir la ventana, un parque que se construyó en la primera mitad del siglo XVII para disfrute de un monarca, el rey Felipe IV.
Muchos madrileños “madridistas” disfrutarían con las vistas del piso que se vende en la calle Rafael Salgado. Por 1,2 millones de euros podrían ver a diario el estadio de sus amores, el Santiago Bernabéu. De momento, MCY se lo enseña gratis y gratis, también, se encarama a una atalaya privilegiada, la Torre de Madrid, para contemplar con los propietarios de un apartamento situado en la planta 30, el esplendor de un atardecer en la ciudad de Madrid.