Las hemos visto decenas de veces en el cine, pero pocos han asistido en persona a una subasta, una ceremonia que nos parece llena de glamour y reservada a la élite. Sin embargo, no solo no son un coto cerrado sino que existen muchos tipos de subastas, para todos los gustos y bolsillos. “Mi cámara y yo” se pasea por subastas de coches, armas, arte y hasta ganado en “Quién da más” y comprueba que se puede pujar por casi todo.
¿Saben de donde provienen la mayor parte de los coches de segunda mano? De las subastas que realizan casas especializadas como la que existe en Azuqueca de Henares, la mayor de este tipo en España. En una sola sesión y a un ritmo trepidante, se subastan más de 300 vehículos que se pueden llegar a adjudicar por un 70% del precio de mercado. Nada que ver con los coches clásicos de Ansorena, 8 joyas del motor por las que se puja en una atmósfera bien diferente.
Aunque para contraste, la subasta de ganado de Navarredonda de Gredos (Ávila), tradicional y a mano alzada, que conoció épocas mejores con hasta 3.000 ejemplares y que hoy resiste el paso del tiempo con apenas una veintena de cabezas de ganado. Y para clásicas, las subastas judiciales de pisos que, desde 2015, se realizan exclusivamente on line. Accesibles a golpe de un click y un depósito del 5% del valor del inmueble. También se puede pujar por un arma, siempre y cuando se disponga de la correspondiente licencia en vigor. MCY asiste a la subasta que organiza la Guardia Civil para dar salida a más de 2.000 rifles, carabinas, escopetas y armas cortas.
Y en su recorrido por este particular universo, MCY visita el Monte de Piedad donde muchas personas -nos explican- “dejan junto con sus joyas sus emociones. Detrás de cada una de ellas hay una historia”. Sólo el 3% de los objetos que se dejan en depósito para obtener un préstamo pasan a subasta, aquellos cuyos propietarios, transcurrido un año, no han podido o querido devolver el dinero.