De cañadas a veredas, cordeles y descansaderos de Madrid
Cuesta imaginar, pero lo cierto es que hace cientos de años, Madrid lucía una estampa totalmente diferente a como la vemos hoy: sus grandes avenidas eran caminos de arena y pasto para el ganado y algún arroyo atravesaba la ciudad camino del Manzanares (uno de ellos, por la Castellana y el Paseo del Prado).
La ciudad recibía carne y leche fresca gracias a las cañadas y a las veredas, los cordeles, las coladas y los descansaderos. Pero, ¿Cuál era la función de cada uno de ellos? ¿En qué se diferencian?
Las cuatro cañadas de Madrid
La comunidad de Madrid tenía cuatro cañadas reales por donde entraba el ganado trashumante. Las cañadas eran caminos rurales, vías pecuarias, por donde ovejas, cabras y vacas podían entrar y salir de la ciudad. Su origen es bien antiguo: aunque ya existían y eran usadas por los pastores, fueron reguladas 'formalmente' gracias a un edicto del rey Alfonso X el Sabio en 1273. Sí, es un 'invento' español. Y como tal, único en el mundo.
Alfonso X no solo reguló las cañadas reales, sino que además les otorgó protección y dotó de reconocimiento y ciertos privilegios a los pastores, creando el Concejo de la Mesta, con pastores de León y de Castilla.
Pero, ¿Qué condiciones debía cumplir una vía pecuaria para ser Cañada Real?
- El camino debía tener una anchura de algo más de 72 metros (antes lo medían por 'varas castellanas' y equivalía a 90).
- El recorrido debía ser de más de 500 kilómetros.
- Tenían que discurrir de norte a sur.
Hay cuatro cañadas reales que atraviesan Madrid. Entre ellas, las más importantes son la Cañada Real Segoviana y la Cañada Real Galiana que discurría entre La Rioja y Ciudad Real). Esta última es la conocida como 'Cañada Real' de Madrid, famosa por ser asentamiento de viviendas irregulares. También pasaba por Madrid la Cañada Real Soriana Oriental y la Cañada Real Leonesa Oriental.
Diferencias con veredas, cordeles y coladas
Bien, ya nos queda claro que las cañadas reales eran por entonces como 'autopistas' para el ganado. Y entonces, ¿qué eran las veredas, los cordeles y las coladas? También eran vías pecuarias, pero de menor tamaño. Más pequeñas y estrechas (hoy se conservan muchas en Lozoya y Chapinería):
- Las veredas: Unas vías de tamaño intermedio, con cerca de 20 metros de anchura.
- Los cordeles: Podían tener unos 37 metros de anchura aproximadamente. Eran las vías de mayor tamaño tras las cañadas reales.
- Las coladas: Eran las vías pecuarias más pequeñas, con menos de 20 metros de anchura.
Lógicamente, el ganado (y los pastores) tenían que descansar de estos trayectos tan largos. Para ello se crearon los descansaderos, abrevaderos y majadas. Por ejemplo, había un gran descansadero en donde hoy tenemos la Plaza de las Ventas.
Hoy en día, todas estas vías pecuarias son caminos naturales ideales para senderistas. Son rutas que pueden hacerse por la sierra de Guadarrama, Lozoya, el valle del Alberche, el valle medio de Tajuña... y que pueden consultarse en esta página de la Comunidad de Madrid.
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