Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
(Actualizado

De entre las 1.700 escaleras que podemos subir y bajar dentro del metro de Madrid, la más larga la encontramos en una estación en concreto: La Latina. También son las que más desnivel tienen: 18 metros (lo que equivale a un piso de seis plantas). Sin embargo, no son las más profundas. Este último privilegio se lo reserva la estación de Cuatro Caminos.

Cerca de 40 metros de longitud

Las escaleras de La Latina (línea 5 de metro), tienen el récord de longitud, con sus cerca de 40 metros. Por eso, tienen prioridad en las reparaciones. En caso de avería, los operarios acuden hasta allí de forma casi inmediata. ¿La razón? Esta estación no tiene ascensores, y una sola de estas escaleras tiene nada más y nada menos que 200 peldaños.

Los peldaños de las escaleras mecánicas son de aluminio inyectado y pesan cerca de 20 kg. Antiguamente había escalones de madera

A diario pasan por La Latina cerca de 10.000 personas. Pero pocos sabrán que bajo las escaleras de esta estación hay un ‘cuarto de escaleras’ donde puede verse todo su funcionamiento y donde pueden realizarse tareas de mantenimiento y reparación.

“Para hacer un trabajo de reparación o mantenimiento, hay que usar un arnés”, nos cuenta Arturo, uno de los responsables de la sección de escaleras mecánicas del metro de Madrid. No es para menos: la profundidad y el desnivel donde trabajan los operarios es de casi 40 metros.

Lo que hay bajo las escaleras

En esta sala se tienen vistas inéditas de la escalera mecánica: desde el motor que mueve todo el engranaje de peldaños hasta el pasamanos y el cuadro eléctrico que mide y determina la velocidad a la que va la escalera. “Está todo sincronizado con el pasamanos. Esto es precisamente lo más complicado, sincronizar la escalera con la banda de goma que hace de barandilla. La avería más frecuente, de hecho, es la de los pasamanos”.

Aquí, bajo la escalera, en este enorme cuarto subterráneo, se podía encontrar hace muchos años todo tipo de objetos, nos cuenta Arturo: desde monedas hasta anillos y cadenas de oro. Desde que se instalaron ‘cepillos’ en los laterales de los peldaños, ya no sucede esto.