Los españoles tenemos una gran querencia a nuestros objetos y nos cuesta deshacernos de los que no necesitamos y al final acumulamos, acumulamos sitio y polvo.
José Luis no sabe cuántas consolas de videojuegos tiene metidas en su trastero. La buhardilla de su casa, de 90 metros cuadrados, se ha convertido en un trastero de consolas de videojuegos, maquinitas y ordenadores.
Desde pequeño comenzó a coleccionarlas, comprarlas y venderlas. Hoy en día ha perdido la cuenta de todas las que tiene. Desde aparatos de los años ochenta de Popeye, hasta la tecnología más moderna como gafas de realidad virtual.
Sin duda es un experto en convertir una de las habitaciones de su casa en un trastero para tener lo que más le gusta.