El renacimiento del bar Melo's: "Esto era la ilusión de mi vida"
Rafa Riqueni se ha criado a pocos portales de este mítico local de Lavapiés que ahora regenta junto a dos socios
La sonrisa no le cabe en la cara a Rafa Riqueni consciente de que acaba de resucitar uno de los bares más míticos del barrio Lavapiés. Como si de una historia de amor se tratase, la relación entre Riqueni y el Melo's fue un flechazo a primera vista ya que se ha criado a pocos portales del establecimiento. Desde que tiene uso de razón, cada fin de semana su madre se reunía con sus amigas y subían a su casa las famosas zapatillas y croquetas del Melo's.
Este bar le gustaba "desde siempre". De hecho, cuenta que hay una reseña suya hace años donde califica al Melo's como su "bar favorito". Lo que no sabía es que iba a ser suyo en un futuro. Antes de que el local estuviese en venta, los amigos de Riqueni ya sabían de su ambición por montar algo parecido. Cuando salió la oferta, no tardó ni una noche en presentarse en el Melo's para que el antiguo dueño, Ramón, conociera su propuesta.
"Fuimos los primeros en presentarnos y desde ese momento todo fue súper fácil y fluido", asegura. Junto a dos socios, regentan el mismo bar de siempre con la misma carta heredando la calidad de sus productos. "Son materiales sencillos pero de muy buena calidad. Si ya funcionaban no veíamos el motivo para cambiar nada. No se me ocurriría cambiar nada porque es algo que lleva 40 años", indica.
Los inicios no fueron fáciles. Emprender al acabar el confinamiento y con restricciones no es sencillo, solo está al alcance de unos pocos. Echando ahora la vista atrás, Riqueni reconoce ahora que incluso les pudo llegar a ayudar de cierta forma. El aforo al 50%, cuatro personas por mesa y con mascarillas.
"Si no hubiera habido estas medidas la avalancha hubiera sido increíble. Además había muy pocas buenas noticias", añade. El bar no ha decaído en clientela y de las pocas novedades que han implantado es el control en las mesas para comer a gusto.
Tras casi un año al frente, Riqueni reconoce las cuantiosas muestras de cariño que recibió al reabrir el local. Iban a darles las gracias "casi con lágrimas en los ojos" por mantenerlo abierto. "Lo que más me gusta es el cariño de la gente, pero es que esto era la ilusión de mi vida. No hay nada que me haga más ilusión que esto", afirma.
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