La sierra de Madrid sigue nevada aunque estemos en primavera. Y la estación de Valdesquí sigue abierta al público a pesar de las altas temperaturas. Pocos recuerdan una temporada tan larga en sus 45 años de historia. Y reconocen que a veces han cerrado las pistas, aunque hubiera nieve, porque "los madrileños en abril prefieren irse a la playa en vez de subir a esquiar".
El programa recorre con los pisteros y los motoristas de mantenimiento las 27 pistas de la estación y sus 15 remontes. Desde primera hora vigilan que no haya ningún problema, pero incluso por la noche los maquinistas están "pisando nieve continuamente para poder repartirla por las pistas y alargar la temporada", aseguran. Al final todos dependen de la nieve porque sólo unos pocos siguen trabajando allí en verano. El resto "se busca la vida como puede, en hostelería, dando clases de surf o haciendo otra temporada de esquí en Argentina", comenta Osiris, un profesor de esquí para quien hay una premisa clara en la nieve: "caerse está permitido, levantarse es obligatorio”.
Desde diciembre hasta primavera, miles de personas han disfrutado cada fin de semana de la nieve a pesar de que el aparcamiento casi siempre está lleno. "Las excursiones con raquetas están teniendo mucho éxito", se alegra José, que trabaja en la nieve desde que era pequeño: "Mi padre conoció a mi madre en el Puerto de Navacerrada, nos enseñó a esquiar a toda la familia y ahora yo soy profesor y mi hermano maquinista”.
Sin embargo, en el Puerto de Navacerrada la temporada cada vez dura menos. Por eso los comerciantes buscan alternativas para atraer clientes que vayan a pasar el día aunque apenas quede nieve. Muy pocos recuerdan a los primeros esquiadores de principios del siglo XX que esquiaban allí con esquís de madera.