El Castillo de Aulencia, una de las fortificaciones menos conocidas de Madrid

En el término municipal de Villanueva de la Cañada, sobre una loma donde confluyen los ríos Aulencia y Guadarrama, se encuentra el castillo de Aulencia. Vigilando todo el paraje esta construcción no tiene fecha de edificación aunque aparece en un testamento del siglo XV. Se cree que sirvió de residencia para el gobernador árabe de la región, desde donde tributarían los pueblos del entorno. Actualmente está en ruinas y figura en la lista roja de Hispania Nostra por su abandono.

Se sitúa junto a la ya desaparecida aldea de Villafranca del Castillo, hoy una urbanización, razón por la que también se conoce como Castillo de Villafranca. Este pueblo medieval aparece en el Libro de la Montería, escrito en la primera mitad del siglo XIV. Era conocido como El Horcajo, nombre que posteriormente fue sustituido por el de Villafranca. Sin embargo, es hasta este siglo cuando comienzan a dejarse atrás las lagunas sobre sus orígenes.

Se sabe que en el siglo XV pasa a manos de Alfonso Álvarez de Toledo, un noble al servicio de Juan II de Castilla. En el año 1455 ya había un caserío a los pies de la fortificación. El asentamiento de Villafranca entró en decadencia en el siglo XVIII, cuando los propietarios perdieron la potestad y quedó despoblado a principios del siguiente siglo. Tras pasar por varias familias pudientes será en 1918 cuando la familia Ballesteros adquiera la propiedad hasta la actualidad.

No obstante, ya en el siglo XX la fortaleza estaba arruinada y solo servía como refugio para el guardia de la finca. Pese a ello, durante la Guerra Civil sirvió fue utilizada como refugio para una brigada de soldados soviéticos que apoyaban al bando republicano durante la batalla de Brunete, en julio de 1937.

Como consecuencia de este enfrentamiento, el edificio fue bombardeado por las tropas nacionales y su estado fue a peor. Al estar enclavado en una finca privada, a su dueño no le produce ningún beneficio económico y la sociedad está privada de disfrutar de él. Está pidiendo a gritos un Estudio de Aprovechamiento.