Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Paulino y Florencio eran unos críos de apenas doce años cuando un cazador se fijó en ellos por lo bien que montaban a caballo. No dudó en hablar con un conocido que trabajaba en El hipódromo para anunciarle que había descubierto a dos futuros jinetes. A partir de ese momento la vida de Paulino y Florencio cambió y dejaron El Vellón para irse a vivir al hipódromo de la Zarzuela y formarse como futuros jinetes. Ahora ya siguen montando pero únicamente por afición.