Visitamos dos rincones que nos hacen retroceder al pasado en Lozoyuela
El Estanco Museo Velasco lleva guardando enseres desde principios del siglo XX y atesora en su interior objetos de mucho valor
En Lozoyuela hay edificios que si hablaran nos sorprenderían con anécdotas y por la cantidad de escenarios históricos que han sido. El Estanco Museo Velasco, en Lozoyuela, es una empresa familiar que acumula varios siglos de historia, que atesora en su interior.
Carlos Serrano, actual dueño, tomó el relevo de su madre hace más de diez años y ha ido reinventando el establecimiento. El origen se remonta a 1830 y durante tres generaciones este local fue parada de postas, tienda de ultramarinos y durante la Guerra Civil española fue centro de mando del ejército republicano.
El abuelo de Carlos lo guardaba todo, pero fue su padre quien se dio cuenta del valor de los objetos y decidió exponerlos. Además, los vecinos del pueblo llevan sus objetos antiguos para unirlos a la colección. "También tenemos juguetes super antiguos de mi tía, de mi abuela, incluso planchas de carbón", añade.
La Cámara de Comercio de Madrid catalogó al establecimiento como 'Establecimiento Tradicional Madrileño'. "Muchas veces han venido diciéndome que cuánto les daría por esto o lo otro, pero aquí no se vende nada. Son seis generaciones de tienda y objetos familiares que no se pueden vender", indica. De hecho, buena parte de la colección del abuelo se expone en el Museo Etnográfico Municipal.
Dicho museo está ubicado en una de las antiguas Casas de los Maestros de Lozoyuela. Fue inaugurado en 2013 y alberga objetos de la vida cotidiana del pueblo de antaño. Pueden verse desde utensilios tradicionales de cocinan y del hogar, útiles de caza, pesca, labranza y ganadería.
La mayor parte de los objetos ahí expuestos proceden de la colección de la familia Velasco. La colección nos hace regresar en el tiempo varios siglos atrás. Se puede visitar todos los días de 10 a 14 horas y el precio de la entrada es de 1 euro.
"Se pueden encontrar toda clase de artilugios. Todo lo que hay aquí es una continuación al museo del estanco. Pudimos venderlas todas, pero decidimos que aquí estarían mejor", indica. Cuenta además con la máquina de cine del pueblo, "era el único salón de cine que había desde Alcobendas hasta Somosierra". Sin duda, un lugar que merece la pena visitar.
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