Diabetes. Una enfermedad que, una vez nos la diagnostiquen... nos acompañará de por vida. Una patología que aparece cuando el páncreas no fabrica la cantidad de insulina que el cuerpo necesita, o si lo hace, no es de una calidad adecuada. Ésta hormona es la encargada de mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre, y cuando falla, los niveles de glucosa se elevan. La diabetes puede ser o bien de tipo uno o de tipo dos... La primera aparece como consecuencia de la destrucción de las células del páncreas y se presenta de forma brusca en pacientes jóvenes. En cambio la diabetes tipo dos, que es la más común, hace su aparición en edades más avanzadas y viene originada por una escasa producción de insulina. Como no presenta síntomas específicos ni molestias, puede pasar desapercibida durante mucho tiempo antes de que el médico la diagnostique. Tanto para tratar como para prevenir la diabetes es fundamental que llevemos un estilo de vida sano, que sigamos la dieta mediterránea y hagamos ejercicio físico, evitaremos así el sobrepeso y la obesidad, que son uno de los factores de riesgo de esta enfermedad.
Pié diabético. Cuando los niveles de azúcar en sangre son muy elevados, las complicaciones que pueden venir asociadas son varias... entre ellas el pie diabético. La diabetes puede causar daño en los nervios y hacer que se pierda la sensibiliad de tal forma que una herida, un corte o una ampolla no se sientan. Además, los vasos sanguíneos también pueden verse afectados, eso significa que al pie no llegan la suficiente sangre y oxígeno, lo que complica aún más que una infección pueda curarse. Lo que en principio pueden ser lesiones leves, si no se tratan adecuadamente pueden terminar en la amputación del miembro. Para evitar llegar a este extremo es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones, la primera de todas... lavarse los pies a diario con agua templada y prestando especial atención a los espacio que hay entre los dedos. A la hora de cortar las uñas, no se deben dejar en el extremo del dedo y si el paciente no tiene pulso para hacerlo debe pedir ayuda. A diario conviene inspeccionar los pies en busca de posibles heridad, y si se hallan, se ha de acudir inmediatamente al médico. Finalmente a la hora de elegir un calzado, éste ha de ser cómodo, preferiblemente a medida y diseñado para redistribuir las fuerzas que soporta el pie, y los calcetines... mejor de lana que de nylon.
Dieta diabética. Es uno de los aspectos que el diabético no puede descuidar, el de la alimentación. En los casos de diabetes tipo 1 es fundamental que el paciente se adhiera a su alimentación para asegurase un balance entre la insulina inyectada y el aporte de azúcar de los alimentos que ingiere. Si estamos ante un problema de diabetes tipo 2, no es menos importante la dieta, ayudará a que el individuo se mantenga en un peso correcto y hará también un balance entre lo que se ingiere y la insulina que el páncreas que capaz de producir. Sea uno u otro caso, lo importante es que dicha dieta se ajuste a las necesidades del paciente, sus gustos, nivel de actividad física y estilo de vida. La persona más indicada para enseñarnos a comer será siempre un nutricionista, será la persona más indicada para decirnos qué podemos comer, en qué cantidades y cómo se puden combinar los distintos alimentos y nos aconsejará sobre lo que no puede faltar en el plato. Entre los nutrientes más importantes... los carbohidratos, luego hay que comer pan, patatas, arroz, frutas, verduras y pasta. Tampoco se puede prescindir de las proteínas, es decir, de la carne, los huevos, el pescado y las legumbres. Las grasas son también necesarias, alimentos como la mantequilla, el aceite o las nueces han de estar incluidas en la dieta.