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La adrenalina también se llama epinefrina. Es una sustancia que forma el cuerpo de manera natural. El cuerpo la forma y la tiene almacenada, y la libera en situaciones de alarma, stress, miedo, o peligro. Sirve para que el cuerpo se prepare y se defienda mejor en situaciones de riesgo.

¿Es saludable llevar nuestro cuerpo al límite?

Los deportes de riesgo como el paracaidismo o el puenting activan esta hormona. La psicóloga Irene López asegura en Salud al día que “estos deportes son adictivos porque se alteran la química cerebral”. Diversos estudios médicos han mostrado que la acción de la adrenalina liberada en situaciones placenteras, con leve estrés y con la práctica de ejercicio, resultan muy beneficiosas a nivel cerebral.

“Estos deportes son adictivos porque se alteran la química cerebral”

La adrenalina, una vez, liberada en la sangre ejerce su acción sobre distintos órganos como el cardiovascular, el pulmonar o sobre el riñón.

El cardiovascular estimula la frecuencia y la fuerza contráctil del músculo cardiaco, así la respuesta inmediata que notamos tras la acción de la adrenalina es la taquicardia.

La adrenalina tiene un efecto broncodilatador (favorece la entrada de aire a los pulmones) al relajar la musculatura lisa bronquial y reduce las secreciones bronquiales, influyendo, de esta forma, en el pulmonar.

Sobre el metabolismo provoca un aumento de la glucemia y del metabolismo basal. Mientras que en los ojos se produce una dilatación de la pupila (midriasis).