La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dejado claro este lunes que no tiene intención de dimitir tras la debacle sufrida por su partido en las elecciones autonómicas catalanas, de la que culpa principalmente a la baja participación de los catalanes constitucionalistas, y también ha descartado la destitución de otros dirigentes de la formación naranja. "Yo voy a seguir delante de este proyecto, además creo que con un apoyo del partido", ha declarado en una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, un día después de que Ciudadanos se quedara con seis escaños en el Parlament y cayera al séptimo puesto, después de haber ganado las elecciones en 2017 con 36 escaños.
Sobre la posibilidad de que alguno de los actuales dirigentes del partido dimita o sea relevado de su cargo esta tarde en la Ejecutiva del partido, Arrimadas ha contestado: "Creo que si esto solucionara el problema, estaríamos en otro escenario, pero la verdad es que no".
El secretario de Comunicación de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco preguntado sobre si hacen autocrítica en el partido tras bajar 30 diputados en una legislatura, Martín Blanco ha vuelto a hablar de que no se ha sabido movilizar al constitucionalismo y ha añadido que "Ciudadanos ha hecho lo correcto en el último año, seguiremos en la misma línea".
Por su parte, la actual dirección del PP busca que el peor resultado de su historia en Cataluña no dañe a su líder, Pablo Casado, ni al proyecto a nivel nacional y ha culpado del golpe a la abstención y a su adversario, Pedro Sánchez, al que acusan de "juego sucio" y de dar alas al separatismo. Las expectativas electorales del PP se hundieron a la mitad a causa del caso Bárcenas y la culpa, acusan, es del Gobierno de Pedro Sánchez por el "pacto" que sostienen que existe entre la Fiscalía y el extesorero.
El PP evaluará este martes en su Comité Ejecutivo lo ocurrido, pero en Génova 13 desdeñan la posibilidad de que el resultado derive en una crisis interna.
Por el momento, la mayoría de los presidentes autonómicos del PP no se ha pronunciado en público y ha declinado hacerlo en privado, con una excepción: el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo ha mostrado su respaldo a Casado, aunque ha llamado a examinar las causas del retroceso.