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2000 euros por hacer un grafitti. 750 por miccionar en la calle. Son las acciones incívicas más sancionadas.

La mayoría las comenten jóvenes, y cada vez más, los multados prefieren hacer servicios para la comunidad en vez de hacer frente a la sanción económica.

Por cada 100 euros de multa, deberán trabajar unas cuatro horas. Con este tipo de labores se busca, sobre todo, corregir las actitudes incívicas.

A Juan Francisco le cazaron con el spray en la mano junto al Retiro. “Yo flipando y mis padres igual. Se me han quitado las ganas de pintar”.

Y en casa no le sirvieron de mucho las excusas de arte urbano.

A Sergio, un policía secreta le pilló en acción en las fiestas del dos de mayo. Le cayeron 750 euros de multa.

“Estaba lleno el baño público y había una cola tremenda. Básicamente me ha tocado recoger y limpiar las calles, quitar pegatinas de las farolas”.

Labor pedagógica

Desde finales de 2019 ha crecido un 66% el número de ciudadanos que cambian multas por trabajos comunitarios. La mayoría están sancionados por miccionar en las calles.

“Perseguimos el conocimiento de estas infracciones y es una labor pedagógica también” nos cuentan desde el ayuntamiento.

Un trabajador social les tutela, mientras el resto de vecinos, aplauden su coraje. Un alivio para el bolsillo, y un respiro para la conciencia.