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El líder del Partido Popular, Pablo Casado, consideró este miércoles que los últimos datos del paro “confirman que la contrarreforma laboral no es una buena idea” y se reafirmó de nuevo en su negativa ante la votación que tendrá lugar este jueves en el Congreso de los Diputados del decreto sobre la reforma laboral que el Gobierno ha pactado con patronal y sindicatos.

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Desde Berlín, al atender a la prensa tras reunirse con el presidente de la CDU (Unión Demócrata Cristiana de Alemania), Friedrich Merz, el presidente de los populares lamentó que España haya “perdido en el último mes 200.000 empleos” y que lidere el paro en Europa”, también el juvenil.

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En este contexto, el líder de la oposición dijo que “por eso nosotros no vamos a apoyar la contrarreforma laboral, porque la ley laboral actual está funcionando muy bien, ha creado millones de empleos, la ha utilizado el Gobierno para crear los ERTE…”, expuso.

"Lo que funciona no hay que cambiarlo"

Teniendo en cuenta la inflación y que “el posible escenario de subida de tipos de tipos se acerca”, tachó de “irresponsabilidad” que se vaya a “atacar la flexibilidad laboral”. “Esto es lo que venimos diciendo con todo el respeto al acuerdo al que se ha llegado, que nosotros no lo compartimos y vamos a votar no a la reforma laboral”, reiteró.

En cuanto a las negociaciones del Gobierno para tratar de sacar adelante su reforma laboral, Casado las catalogó de “muy poco edificantes”. “Empieza a haber otra vez un zoco de propuestas por parte de Yolanda Díaz a socios de la coalición Frankenstein y, por otra parte, el PSOE intentando amarrar unos apoyos en formaciones que tendrán que explicar si quieren ser el salvavidas de Pedro Sánchez una vez más”, resumió.

“Nuestra posición es clara”, dijo Casado, al considerar que la ley actual funciona y que “cuando tenemos tan malas cifras de paro, como ha pasado hoy, lo que funciona no hay que cambiarlo”. En este punto, se remitió a las recetas que hay en Alemania, y no solo las de la CDU que comparte en su totalidad, sino incluso las que está planteando el canciller alemán, Olaf Scholz, de “bajar impuestos, quitar trabas burocráticas y dar más flexibilidad laboral”.