Fue uno de los grandes genios españoles del humor. Del humor surrealista y de los monólogos, del que fue gran precursor. Hoy celebramos el centenario del nacimiento de un madrileño universal, Miguel Gila.
Nace en una buhardilla de Madrid, en el barrio de Tetúan, y es criado por sus abuelos, a los 13 años deja el colegio para trabajar en un taller. En la Guerra Civil lucha por el bando republicano hasta diciembre de 1938. Con el absurdo narra este conflicto
Una noche de fiesta unos amigos le llevan al Florida Park, piden permiso al dueño para que le deje contar unos chistes. Así logra su primer contrato. Otro grande del humor, José Luis Coll, le define como "la carcajada del siglo XX".
Ya de adulto, su otra vida, la menos conocida, tampoco tiene mucha gracia. Ganó millones pero murió arruinado; a la que iba a ser su esposa le ocultó que ya estaba casado; nunca le dio su apellido a su hija; nunca lo fusilaron (una de sus mentiras de guerra más sonadas); tampoco se fue de España porque Franco lo persiguiera, al contrario, por expreso deseo de la mujer del dictador actuaba en privado para la familia en el palacio de La Granja, en Segovia; tampoco lo encarcelaron ni se alistó en el batallón republicano del temible Enrique Líster... Era la cara B del mito. El Gila genio y figura capaz de convertir las mentiras, medias verdades, desgracias y llantos en monólogos surrealistas desternillantes.