La tradición de separar las cabezas de las gambas y los langostinos y chuparlas podría terminarse después de que la Agencia de Seguridad Alimentaria se haya pronunciado al respecto diciendo que es perjudicial para la salud.
Según dicho organismo, no es bueno para la salud porque en la cabeza de los crustáceos se acumula cadmio, un metal que puede causar una disfunción renal.
Su presencia es baja, por ello pese a las advertencias, muchos seguirán con su práctica habitual alegando que es lo más rico y sabroso de estos crustáceos.