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China ha abierto una investigación tras el anuncio que ha conmocionado al mundo sobre la creación de dos bebés genéticamente modificados. Un experimento del que deben aclararse muchas incógnitas, pero que ha provocado la censura y estupefacción a partes iguales de la comunidad científica internacional que, además, advierte de los enormes peligros y de las posibles consecuencias.

La edición de genes es una forma de reescribir el ADN, el código de la vida y sólo recientemente se ha probado en adultos para tratar enfermedades graves. Editar óvulos, espermatozoides o embriones es diferente, porque hace cambios permanentes que pueden pasar a las generaciones futuras.

La reacción ha sido contundente desde la conferencia de Edición de Genes que se está celebrando en Hong Kong. Más de 100 científicos han firmado una petición pidiendo una mayor supervisión de los experimentos.

Son muchas las preguntas: ¿Qué pasa con los riesgos de enfermedad? ¿Y qué hay de los rasgos que podríamos llamar mejoras, como la estatura de un niño, su color de piel, o sus otros rasgos?

China ha abierto la puerta a la creación de 'superhumanos' a la carta. Parece ciencia ficción, pero ya no lo es tanto.