La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, cargó este lunes contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, y aseguró que le parece una “vergüenza que el Gobierno esté animando o justificando que se insulte, escupa e intente agredir a mujeres el 8-M”.
Arrimadas realizó estas declaraciones en el entorno de la Asamblea General de la Asociación de Trabajadores Autónomas (ATA) que se celebra en Madrid y lo hizo tras ser preguntada por las declaraciones de la ministra de Igualdad, Irene Montero en las que consideraba que “cuando pactas con la extrema derecha, mucha gente cuestiona que tengas un compromiso real con la igualdad”.
“El 8-M no es de Irene Montero, es de todas las mujeres. El Gobierno de España no es nadie para echar a nadie de la manifestación y mucho menos para justificar un intento de agresión, escupitajos o insultos”, remarcó.
Junto a Arrimadas se encontraba la portavoz de la formación en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, que fue una de las afectadas por la protesta contra Ciudadanos. “Por más que nos griten, por más que quieran expulsarnos de las manifestaciones, por más que intenten acosarnos o usar la violencia para callarnos, somos el único partido que a día de hoy está siendo liderado por una mujer”, aseguró.
Villacís concluyó que se siente “orgullosa, como mujer, de pertenecer al único partido liderado por una mujer” y que el año que vienen volverán al 8M “orgullosas y con la cabeza muy alta” para defender “la libertad contra os que prefieren utilizar la violencia para echar mujeres de la manifestación”.
La vicepresidenta primera del gobierno, Carmen Calvo, en declaraciones en RNE reconoció que no le gustó “nada” que la delegación de Ciudadanos que acudió a la marcha del 8-M en Madrid tuviera que abandonarla tras ser incrpada. “Me parece que hay que dejar que todo el mundo se manifieste, que todas las mujeres se manifiesten” por lo que “eso no me gusta nada”, dijo Calvo sobre los ataques a las representantes de CS.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha acusado este lunes a la izquierda de "patrimonializar" el feminismo, que a su juicio debe construirse entre "todos" y ha pedido que el PSOE y Unidas Podemos condenen los comentarios increpantes contra Cs en la manifestación del 8 de marzo. En su opinión la manifestación del 8 de marzo estuvo "teledirigida" y "manipulada" desde la izquierda, a la que ha acusado de querer "patrimonializar" todos los eventos y todas las banderas y buscar una "sociedad uniforme, monocolor y un modelo de pensamiento único".